La organización ecologista ha documentado cómo residuos peligrosos procedentes de Italia no recibían el tratamiento previsto en la Ley
Greenpeace ha remitido información a la Comisión Europea que demuestra que el tratamiento que han recibido –al menos en parte– los residuos peligrosos italianos llegados al vertedero de Nerva (Huleva) no han seguido la legislación vigente y se han vertido sin recibir el tratamiento que Befesa (Abengoa) y la Junta de Andalucía aseguraban que habían recibido, lo que podría constituir un grave incumplimiento de la normativa europea.
El Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha minimizado en reiteradas ocasiones la irregular actitud de la empresa. Y eso que en los últimos meses se ha tenido que enfrentar a varios incidentes, incluso judiciales, relacionados con la empresa en sus instalaciones de Palos de la Frontera y Nerva.
Los residuos italianos provienen de la descontaminación de suelos de una antigua zona industrial en Pioltello-Rodano, cerca de Milán y fueron traídos a Nerva después de que el Gobierno italiano recibiera un ultimátum para que afrontara urgentemente la limpieza del área contaminada, que fue exigida por el Tribunal Europeo de Justicia en 2004. La junta de Andalucía autorizó este traslado bajo el argumento de que Italia carece de suficiente capacidad de tratamiento para este tipo de residuos peligrosos. Sin embargo, podría ser que la única consecuencia de este traslado haya sido cambiar la contaminación de lugar.
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